A tres semanas de las elecciones legislativas, el Gobierno enfrenta una tensión creciente en el frente cambiario. La estrategia oficial parece orientada a evitar que el dólar supere los límites de la banda de flotación, lo que implica dos caminos posibles: seguir perdiendo reservas por vía del Tesoro y el Banco Central, o profundizar el cepo cambiario. Algunos analistas advierten que podrían aplicarse ambas medidas en simultáneo.
Desde Max Capital estiman que, de mantenerse el esquema actual, el BCRA podría perder entre u$s5.000 y u$s8.000 millones en reservas, además de sostener una posición corta en futuros por al menos u$s7.000 millones. También anticipan que la última licitación del Tesoro incluirá bonos dólar linked como herramienta de cobertura.
Economistas como Leonardo Anzalone (CEPEC) y Claudio Caprarulo (Analytica) consideran que liberar el tipo de cambio sería una opción más consistente, aunque reconocen que cualquier decisión puede acelerar la demanda y ampliar la brecha cambiaria. En ese contexto, todas las miradas están puestas en la reunión del 14 de octubre entre Javier Milei y Donald Trump, que podría redefinir el escenario financiero.
El FMI, por su parte, subrayó la necesidad de respaldo político y acumulación de reservas para sostener la estabilidad del programa económico. Aunque celebró el apoyo de Estados Unidos, aclaró que el swap anunciado no implica dinero fresco, sino respaldo estratégico.
En paralelo, el Banco Central reinstauró restricciones para la compra de dólares financieros y limitó operaciones con billeteras virtuales, en un intento por frenar arbitrajes y contener la presión sobre el tipo de cambio. Estas medidas, sin embargo, podrían generar costos reputacionales y expectativas de mayores controles a futuro.
Lorenzo Sigaut Gravina anticipa que el Gobierno utilizará todas las herramientas disponibles: venta de futuros, incentivos para bonos atados al dólar, restricciones puntuales y liquidación de divisas. También se analiza un eventual plan de recompra de bonos para reducir el riesgo país y estabilizar expectativas.
Fuente: Ámbito