Con un penal convertido por Enzo Bistoletti a los 40 minutos del segundo tiempo, Capri venció 23 a 20 a Aguará de Formosa en el primer partido del cuadrangular «Reubicación», que definirá los dos equipos que continuarán o ascenderán a la zona campeonato en la temporada 2026. Los otros dos equipos que tomarán parte de este reducido serán Tacurú que venció en una de las semifinales a Abipones por 60 a 5 y Caza y Pesca que, también a través de un penal en la última jugada derrotó a Lomas Rugby por 24 a 22.
Capri ganaba el primer tiempo 13 a 7 en un cotejo en el que azurro tomó la iniciativa y ejerció el predominio de las acciones aunque no pudo encontrar la efectividad necesaria para ampliar las diferencias en el marcador. Santiago Arriola a los 12 y Santiago Horrisberger anotaron sendos tries para el local, más un penal de Marcio Oliveira anotaron los puntos locales, mientras que el zorro formoseño descontó a través de Ignacio Bogarín a los 34, con posterior conversión de Fernández Bedoya.

De igual forma en el reinicio de las acciones, rápidamente y con mucha paciencia a los 4 minutos logró apoyar en el ingoal visitante a través de Santiago Esteche luego de un buen apoyo colectivo. Tras la conversión de Bistoletti, el local pareció tener controlado partido y resultado, pero el aspecto físico comenzó a jugar un rol fundamental y el equipo dejó tener la presión e intensidad en el tackle y el visitante se plantó en el terreno de Capri.
A los 10 Aguará recortó con un penal de Gastón Fernández Bedoya, y a partir de allí el manejo de la guinda y especialmente se impuso en la mayoría de os lines, para generar algunos errores y perdidas que le permitieron a Ignacio Bogarín quebrar por izquierda una defensa que quedó desfasada. la conversión de Fernández Bedoya puso el partido 20 a 17.

De otro line favorable al dueño de casa, Aguará volvió a recuperar la ovalada y provocó una nueva infracción de Capri. El pateador formoseño no falló y puso el tableron 20 a 20 a los 39 minutos netos de juego. Empujado por su público y con la necesidad de forzar en ofensiva, una corajeada de Ceccarini, que fue bien acompañada por los forwards, obligó a una infracción visitante. Con el árbitro indicando que tras la ejecución se terminaba el partido, Bistoletti se encargó de patearlo y al cruzar la H se mezclaron gritos de júbilo y sufrimiento por una victoria, que pudo ser más tranquila, 23 a 20.