En los últimos días, se conocieron estimaciones del contrabando de tabaco misionero hacia Brasil. La cifra que supera los 12 millones de kilos, asustó a muchos, aunque sólo es una pequeña parte, de lo que “diariamente” se va a Brasil. Hoy, se asegura, que los “cruces”, han mermado sustancialmente.
El río Uruguay, se dice en la costa, no asusta a nadie y las pruebas son más que contundentes, los más de 10 “puertos” clandestinos son testigos de un tráfico jamás visto en la zona. Lo que sucede quizás pueda compararse con lo que sucedía en los años 50 del siglo pasado con la harina a Brasil y de allí, los neumáticos.
Un poco de historia
Los memoriosos recuerdan los caminos “blancos” por el paso de camiones con harina hacia pequeños puertos, entre otros, en la zona de Alba Posse, donde un pequeño almacén, declaraba, ser uno de los vendedores más grandes de la Argentina. Lo cierto que la harina pasaba y de vuelta llegaban los neumáticos.
Es parte de la historia misionera, cuando no había caminos como los de hoy, pero la fuerza de los “exportadores e importadores” se imponía. Tanto se impuso que alguna vez, la Gendarmería Nacional debió evacuar a todo un escuadrón; ¿la razón?, los controles demasiados permeables.
Los nuevos tiempos
La realidad de estos años, a medida que la moneda argentina se iba devaluando, comenzaba a crecer la “exportación a mano” a Brasil. Estas prácticas en zonas de frontera son habituales, a veces para allá y a veces para acá, pero los volúmenes y la variedad de estos tiempos, asombra.
La soja, con las retenciones de este lado, fue estrella y sigue siéndolo, aunque en la frontera se afirma que se redujo, a partir de algunos controles más severos. También las numerosas causas en la justicia desanimaron a más de uno.
De todas maneras, una fuente de la AFIP, asegura que el número de “cartas de porte” de soja y otras producciones a Misiones, sigue siendo alto. Quiere decir que la soja sigue llegando, se almacena en algunos silos, que, curiosamente, se han multiplicado en la provincia, y luego “parten” a mejor destino, cruzando el Uruguay, aunque en estas últimas semanas con algunos inconvenientes.
¿Sólo soja? No, además se detecta contrabando de alpiste, maíz, semillas, tabaco, vino, harina, en fin la lista es larga, bien podríamos decir que “todo pasa”, hasta yuntas de bueyes, que luego de algunos años de prestar servicio en las chacras, pasan “nadando” el río.
Son pocos los que se pronuncian negativamente acerca del contrabando “masivo”, los intendentes, que saben bien lo que ocurre en sus municipios, casi que “admiten la práctica”.
Por lo bajo dicen que “se mueve mucho dinero, y hay mucha gente que trabaja, ya sea embolsando los productos o bien remando las viejas lanchas, hay pleno empleo en el pueblo, aunque reconocen la gravedad de la situación”.
Lo cierto es que al aparecer, alguna orden bajó desde algún despacho. Los controles de la fuerzas federales son más estrictos, el tránsito a la luz del día cerca de las orillas, representa riesgos, más cuando saben, que si los “agarran”, el secuestro del camión o camioneta es un hecho, y así pasó con varios, que se animaron.
Las cerca de 300 causas que se tramitan, sólo en el Juzgado Federal de Oberá, habla de la envergadura de lo que sucede en la frontera. Algunas de esos expedientes están listos para ser elevados a juicio.
Son más de cincuenta los camiones que fueron secuestrados y que no serán devueltos a sus dueños. Un funcionario judicial justificó la medida, por cuanto aseguró que “lo devolvemos y mañana y nuevamente estarán afectados al comercio ilícito”.
Son pocos los que se animan a hablar con la prensa: un ex funcionario municipal de El Soberbio, confió a este medio que “la situación es difícil, si bien no estoy de acuerdo con el contrabando, la política nacional no ayuda, uno produce y te cubren de impuestos, además no entiendo porque los controles solo se hacen en nuestra localidad, bien podrían retenerlos en su viaje a El Soberbio”.
Por otro lado, explicó que “el endurecimiento de los controles, dejó mano de obra desocupada y curiosamente, en los últimos días, aparecieron algunos hechos delictivos, con armas en mano”.
A la situación, agregó “hay que abordarla con seriedad, la plata fácil del contrabando modificó hasta relaciones familiares, jóvenes, que atraídos por 10 o 15 mil pesos diarios, dejaron la escuela y hasta el hogar paterno, y hoy se encuentran sin recursos o buscando nuevos”.
