Después de cuatro años de tratamientos intensivos, Santino Rzesniowiecki recibió la confirmación médica que esperaban desde el inicio de su lucha: su cuerpo no presenta residuos de leucemia. El resultado fue comunicado por el propio niño en redes sociales, con un cartel escrito a mano que decía “Valor residual cero. No se detecta enfermedad”.
La familia, que se encuentra en Singapur desde abril, accedió a un tratamiento especializado en el hospital KK Women’s and Children’s, luego de agotar las opciones disponibles en Argentina. Allí, Santino fue sometido a dos nuevos trasplantes de médula y recibió terapias avanzadas que permitieron alcanzar la remisión total.
“Estamos felices. Hace una semana los médicos pensaban lo peor”, expresó su madre, Natalia, al confirmar que el estudio de aspirado de médula —más amplio que los realizados en el país— arrojó resultado negativo. Sin embargo, aún quedan pasos por seguir: los médicos recomendaron esperar dos semanas para evaluar la evolución de la última infusión de células T del padre, que podría evitar un nuevo trasplante.
En caso de que los valores sanguíneos no mejoren, se contempla una nueva infusión de células madre del padre, no por la enfermedad, sino para fortalecer una médula debilitada por los tratamientos previos. La familia analiza la posibilidad de realizar este procedimiento en Argentina, por razones médicas y económicas.
Santino recibió tres trasplantes de médula: el primero en Buenos Aires en 2024, y los otros dos en Singapur este año. También enfrentó una complicación hepática grave (EVO) derivada de los tratamientos. La deuda acumulada con el hospital asiático supera los 117 millones de pesos.
La comunidad que acompañó cada etapa de su lucha continúa colaborando a través del alias: AMORPORSANTINO.ARG, a nombre de Érico Oscar Rzesniowiecki.
La historia de Santino es la de una familia que resistió lo impensado y de un niño que, con apenas siete años, logró lo que parecía imposible. La remisión total de la enfermedad marca un hito, pero el camino continúa.
