La programación del torneo Apertura de la Liga Posadeña no tiene muchos partidos que despierten el interés del aficionado al fútbol en general, más allá de la simpatía por algún equipo en especial
Sin desmerecer a otros “clásicos con historia”, Mitre-Guaraní o Guaraní-Crucero y desde hace un tiempo Mitre-Crucero, son los enfrentamientos de preferencia en la ciudad de Posadas.
Este sábado asistimos a uno de esos clásicos, Crucero del Norte-Guaraní Antonio Franco, disputado en una cancha auxiliar de los “colectiveros”, lo que obviamente no permitía el acceso del público visitante.
La limitación del ingreso de los hinchas franjeados, fue una decisión correcta, el sector no permite el ingreso de mucha gente y lógicamente el riesgo era importante.
Hasta allí acompañamos la decisión, porque además, la cancha principal no podía ocuparse porque al día siguiente se jugaba un cotejo por el Federal “A”.
Sin mucha imaginación, se optó por jugar en la auxiliar y sin público visitante.
Sin dudas, una medida que debería haberse “repensado”, porque no solamente se privó al “hincha del fútbol” a presenciar un clásico y aquí no solo hacemos referencia al de los franjeados. Bien sabemos que hay un segmento que va a la cancha, según el espectáculo que le prometen ver.
Pero también, Dardo Romero y los integrantes de la comisión directiva, no pensaron en los propios jugadores, sobre todo, en los suyos, esos chicos que Crucero del Norte está formando y que seguramente querían pisar el césped de la cancha principal, escuchar el aliento o sentir lo que significa un clásico.
Esto es parte de la misma formación del jugador, esta vez, los escondieron, como para que solamente un puñado de aficionados y familiares los vean, una verdadera pena, porque el once de Crucero del Norte, los “pibes del colectivero”, se brindaron por el espectáculo, no pudieron ganar, pero dieron una gran muestra de coraje, actitud, valentía y en varios de ellos pinceladas de calidad.
Sin lugar a dudas, merecían un mejor marco, jugando otro día o agudizando la creatividad. El del sábado, incluídas las corridas del final, para el olvido, un DESPERDICIO
